El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa
occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del
siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia, y bien
entrado el siglo XVI en los lugares donde el gótico pervivió más tiempo). Se
trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se
expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en
momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones
profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de
Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al
norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de
Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra, Castilla y
Aragón. A nivel arquitectónico, el estilo gótico nació en torno a 1140 en
Francia, siendo considerada como el primer monumento de este movimiento la
basílica de la abadía real de Saint-Denis o San Dionisio (edificada por el abad
Suger, consejero de Luis VII de Francia).
También desde finales del siglo XII y comienzos del XIII se
divulga por los monasterios de la orden del Císter un estilo despojado de
ornamentación y reducido a la pureza de los elementos estructurales, expresión
de las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval, que se
suele denominar arte cisterciense.
Este arte se ha definido durante mucho tiempo de manera
bastante superficial, exclusivamente por la utilización de uno de sus
elementos, el arco apuntado, al que suele llamarse ojival, del que se deriva la
bóveda de crucería que permite desplazar los empujes a contrafuertes externos,
que se alejan aún más de los muros mediante el uso de arbotantes. Eso permitió
la construcción de edificios mucho más amplios y elevados, y el predominio de
los vanos sobre los muros. Los elementos sustentantes (pilares de complicado
diseño) quedan mucho más estilizados. Pero la utilización de un elemento no
puede definir un estilo de forma global, se trata de un problema más amplio, de
una nueva etapa histórica, una nueva concepción del arte y con él del mundo. Un
elemento estructural, por importante que sea, no puede resumir un concepto
global sobre la vida.Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809
– Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849) fue un escritor, poeta,
crítico y periodista romántico1 estadounidense, generalmente reconocido como
uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los
primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica, recordado
especialmente por sus cuentos de terror. Considerado el inventor del relato
detectivesco, contribuyó asimismo con varias obras al género emergente de la
ciencia-ficción.2 Por otra parte, fue el primer escritor estadounidense de
renombre que intentó hacer de la escritura su modus vivendi, lo que tuvo para
él lamentables consecuencias.3
Fue bautizado como Edgar Poe en Boston, Massachusetts, y sus
padres murieron cuando era niño. Fue recogido por un matrimonio adinerado de
Richmond, Virginia, Frances y John Allan, aunque nunca fue adoptado
oficialmente. Pasó un curso académico en la Universidad de Virginia y
posteriormente se enroló, también por breve tiempo, en el ejército. Sus
relaciones con los Allan se rompieron en esa época, debido a las continuas
desavenencias con su padrastro, quien a menudo desoyó sus peticiones de ayuda y
acabó desheredándolo. Su carrera literaria se inició con un libro de poemas,
Tamerlane and Other Poems (1827).
Por motivos económicos, pronto dirigió sus esfuerzos a la
prosa, escribiendo relatos y crítica literaria para algunos periódicos de la
época; llegó a adquirir cierta notoriedad por su estilo cáustico y elegante.
Debido a su trabajo, vivió en varias ciudades: Baltimore, Filadelfia y Nueva
York. En Baltimore, en 1835, contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm,
que contaba a la sazón trece años de edad. En enero de 1845, publicó un poema
que le haría célebre: "El cuervo". Su mujer murió de tuberculosis dos
años más tarde. El gran sueño del escritor, editar su propio periódico (que iba
a llamarse The Stylus), nunca se cumplió.